CRÓNICAS

KRAZARK

(18 DICIEMBRE 2022, LA LEY SECA - ZARAGOZA)

Fotos: Vicente Cabello

Texto: Clavijeitor

Cuando montas un bolo con conocidos, la cosa es diferente, lo admito. Pones más de tu parte, le das más cariño, tienes más ganas de lo habitual pese a haber trabajado o trasnochado...es normal. Pero lo mejor de todo es cuando esa sobreexcitación se ve justificada con uno de los mejores saraos que hemos montado este año en la capital del cierzo.

A Krazark les conocía de su EP de 2018 y de la matraca que me había dado el colega Santi y posteriormente más gente del sector y de fuera de él, siempre me ha parecido curioso la fama que habían adquirido con tan poco meterial editado. Cierto que ha habido una pandemia por medio, pero sobre todo se lo han currado mucho tocando y...qué cojones! que son muy buenos!

No estuve en aquel concierto en Utopía que compartieron con Saturna en 2018, y donde debió haber solo una docena de personas pero sí les vi teloneando a Bongzilla en la entinta Sala Caracol en abril de este año, donde pude charlar con Esteban y Kiara, y también coincidimos como espectadores en el Sonic Blast de Portugal este verano. Hubo química desde el primer momento y mucha afinidad musical, obviamente.

No sé muy bien cómo contar lo que vivimos el sábado pasado porque a nivel personal hacía mucho tiempo que no tenía esa sensación nostálgica de la gran época del Stoner en La Ley Seca cuando estaba Patxi al frente. Es algo que me toca a nivel emocional, pasé allí mi juventud cada fin de semana con auténticos conciertos llenos hasta la bandera, y aprendí y disfruté como un cabrón. Así que ver algo parecido casi 10 años después me tocó la patata, ¡qué queréis que os diga! Hacía mucho mucho tiempo que no tenía esa sensación de fiesta total, de una banda dandolo todo, un publico entregadísimo y una comunión tan brutal entre ambas partes. De hecho, hubo pogos, crowdsurfing, stage diving dentro de las posibilidades...hasta alguna cerveza decente juas. Hay que decir que el Komando Madriz ayudó sobremanera, la cuadrilla que trajo la banda animó mucho el cotarro, modo destroyer de sábado noche, ¡claro que sí!

Musicalmente la banda ofreció algo más de una hora de buen Stoner acelerado con toques bluseros, con una Kiara pletórica a las 6 cuerdas y la voz profunda de Esteban guiándonos en ese viaje por el desierto. Repasaron los 5 temas del EP y adelantaron más de la mitad del nuevo disco que saldrá en primavera y que a buen seguro pincharé en el podcast en su momento. La banda lleva tiempo y sonó engrasada, buen sonido como siempre en esta casa con César más el técnico que ellos llevaban. Qué grandes temas como Ride the Hell con la que empiezan megáfono en mano, probablemente mi tema favorito suyo, y hits como Southern Metal Fest y la archiconocida Keep Your Fire Alive con la que cerraron en el bis a petición popular, que hicimos ruido como para que hubieran tocado 5 más del tirón.

Buenos músicos y mejores personas, por otra parte. Los nuevos temas me sonaron muy a ellos, quizás un punto menos acelerado, menos chillones, pero de alto octanaje. ¡Lo necesito ya en mis manos!

La noche se alargó como comprenderéis y nos dejó algún documento gráfico para echarnos unas risas. ¡Por más bandas con esta actitud y por más bolos con esta intensidad en ZGZ!


GLUECIFER

(18 NOVIEMBRE 2022, LA PAQUI - MADRID)

Fotos: Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

Me confieso fanático de aquel movimiento llamado Rock Escandinavo que surgió a mediados de los 90s y se popularizó hasta mitad de los 2000s aproximadamente, vaya por delante. Me pilló en la época de final del instituto/comienzo de la universidad cuando escuché en su pico de popularidad a bandas como los suecos The Hellacopters, Backyard Babies y The Hives o los noruegos Turbonegro y Gluecifer. Me parecía algo muy fresco porque mostraban un respecto profundo por el Rock & Roll clásico (algo innegociable) y a la vez le imprimían el carácter macarra del punk. Siempre admiré ese estilo caballeroso que tenían los miembros de estas bandas, amables, educados (quizás venga con el carácter de su tierra) y su elegancia (la elección de indumentaria estaba muy meditada). También confieso que lo que más me llegó fueron los tres primeros discos de Hellacopters (Supershitty to the Max, Payin' the Dues y Grande Rock), Scandinavian Leather y Apocalypse Dudes de Turbonegro, ¡vaya quinteto! A Glucifer tardé algo más en prestarles tanta atención.

Con 6 álbumes sólidos entre 1996 y 2004 más varios EPs, la trayectpria de esta banda fue breve pero intensa. Quitando su debut, creo que los otros cinco LPs son historia del Rock moderno por la cantidad de hits que contienen llenos de estribillos coreables, licks para dejarse llevar y sobre todo un ritmo que anima a la fiesta como pocos géneros. Quizás ahí radicó su éxito, en la facilidad para enganchar a cualquiera a moverse.

Sea como fuere, desde que lo dejaran en 2005 pasó mucho tiemp hasta pover volver a verles en directo, en nuestro caso en 2018 en el Azkena, pero me lo perdí. Así que tenía que quitarme la espina este año y lograr así haber visto a los 3 titanes para mí del movimiento (aunque nunca en su mejor época, cosa que se repite en mi vida constantemente...llego tarde a todo). La sala Paqui (antigua But) ene l barrio de Malasaña no defrauda y con buen sonido recibimos a los teloneros The Good, The Bad and The Zugly, liderados por el también cantante de Kvelertak (otros noruegos metaleros por los que siento devoción). Media hora para meternos en canción de lo que sería la evolución de este estilo punk'n'roll, correctos.

Cuando Biff Malibu el cantante (aunque creo que ya nadie le llama así a sus 53 tacos) saltó al escenario, ya tenía al público totalmente entregado y comiendo la su mano. Y es que había muchas ganas de verles tras tantos años de parón y ese recuerdo inolvidable en nuestras cabezas de lo grande que fueron en su momento. La sala estaba abarrotada y la gente coreaba cada tema como buena fiesta de viernes noche en la capital. Dió gusto comprobar que siguen con la misma actitud rockera, muy comunicativos con el público pero sin parar un segundo. 20 hits uno tras otro sin concesión en hora y media de bolo. Sonaron Car Full of Stash, I Got a War, Automatic Thrill, Easy Living, Desolate City...

Momento especial cuando dedicaron una canción al fallecido Kike Turmix (Pleasure Fuckers) que tanto hizo por el Rock en este país y en concreto por este movimiento escandinavo al traerlos a tocar él mismo antes de que fueran tan populares dichas bandas, D.E.P. Sabía que terminarían con una versión del mítico Nice Boys de los australianos Rose Tattoo, pero me sorprendió que la llevaran a su terreno, sin slide y más acelerada. Gran fin de fiesta donde lució el merecido cartel de KINGS OF ROCK.


MARAGDA

(21 Octubre 2022, La Ley Seca - Zaragoza)

Fotos: Vicente Cabello (El Ático de Vizenzo)

Texto: Clavijeitor

La semana post Pilares suele ser una mierda en general para hostelería y si le sumas la lluvia, para qué quieres más. Pero la vida sigue y eso no nos impide seguir apoyando la cultura en la ciudad. Viernes noche traíamos a la banda Maragda de Barcelona a La Ley Seca con nuestro apoyo tras haber sonado en el podcast en octubre de 2021 cuando salió su LP debut homónimo.

Teníamos claro tras oírles por primera vez que habría que seguirles los pasos y cazarles en directo. Avalados por Spinda Records, Necio Records y el propio sello del bajista Marçal, Nafra Records, para la producción y distribución, el trío catalán se ha hecho un hueco en la escena estatal del Rock psicodélico, a base de voces limpias en letras cortas con estribillos descifrables y ritmos pegadizos que suelen culminar en desvarío guitarrero de Guillem. Sin embargo, diría que dentro del estilo no se van a los parámetros habituales de temas de 7-10 minutos con solos largos tipo jam, sino que sus canciones tienden a ser concisas y pegadizas, bajando de los 5 minutos de media. Así que realmente estamos ante un producto algo más inmediato y accesible para lo que nos tiene acostumbrados el género. Se agradecen propuestas así que abran el espectro a públicos más amplios.

Tras charlar con la banda y echar unas cervezas con merienda-cena en nuestro querido Mononoke, nos dirigimos a la sala para comprobar que menos mal que la cuadrilla que traíamos nosotros era de casi una docena, porque el ambiente estaba más bien parado como viene siendo habitual, nada que ver con la época Stoner de nuestro amigo Patxi, lucharemos por recuperar los días de gloria.

Las gafas 3D del guitarrista aportaron un punto desenfadado que nunca desentona en viernes noche y que quizás le aportaron la magia necesaria para mover los dedos a semejante velocidad, y es que su seña de identidad fue el finger picking en los solos, por momentos pensé que estaba poseído por Derek Trucks si de Blues se tratara. Tremendo cómo escondía la púa entre los dedos pequeños mientras ejecutaba los punteos para recuperarla sin darnos cuenta.

Sonido de 10 como siempre que está nuestro colega César en la casa para una hora justa de Setlist en la que repasaron entera su única placa que se fulmina en media hora pelada, con los hits "The Calling", "Hermit" y "Beyond The Ruins". Aprovecharon para introducir 3 temas nuevos, que por lo que escuchamos giraban más hacia un sonido "indie" como explicaba la propia banda, aún más immediato, más rápido, pero sin perder pegada, menos progresivo. Veremos cómo se plasman esos nuevos aires en su segundo trabajo, que les podría abrir las puertas a un público mayor fuera de la zona de confort del stoner/pysch.

Buena suerte en el tour europeo que se van a marcar en diciembre con 11 fechas por Francia y Bélgica, estaremos pendientes de futuros movimientos.


OKKULT SESSION

(9 Octubre 2022, Sala Mon - Madrid)

Fotos: Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

Sin descansar ni dormir apenas del bolo de Saturna y Kafkuh en casa, partimos al día siguiente hacia Madrid para asistir al Okkult Session Vol.III. Ya había estado en la cita anterior en 2019 en Apolo para ver a Neurosis y Yob (madre mía, qué experiencia), y la primera de 2018 tenía a Godflesh y Amenra de cabezas, así que ya véis por donde van los tiros más o menos. Estamos ante un aquelarre donde confluyen los sonidos más oscuros e inquietantes de géneros como el Doom, Post-Metal, y el Sludge.

Esta vez el viaje fue en autobús, así que al menos pudimos dormir unas horas para coger fuerzas, bueno y el bocata de rigor en la parada a mitad de camino, claro. Al llegar, fuimos hacia la zona y a beber, había un garito de cerveza craft que controlaba bien cerca, y allí pasamos la sobremesa, para no morir al palo de los 11€/litro que se gastan por los madriles, y teniendo una tienda en frente con latas a euro, ¡qué cosas!

De las 5 bandas que tocaban en la Sala Mon Live conocía a 4 y tenía ganas de ver solo a un par que por el precio de la entrada bien merecían ya la pena, así que iba sin presión a disfrutar y dejarme sorprender por lo desconocido también. Comenzaron puntuales Telepathy. Tan puntuales que nos perdimos los primeros 10 minutos que suponían la mitad de su set, juas. Sin embargo, en esos pocos minutos pudimos apreciar que no llevaban micros, o sea que son una banda de Post Metal completamente instrumental, pero de las cañeras. A mí me recordaron un poco a Pelican, habrá que seguir a este cuarteto polaco-británico que cuenta con 3 LPs en su historial, siendo el último "Burn Embrace" editado por Svart Records en 2020. Los siguientes eran Irist y también tocaron unos 20 minutos, los cuales no supieron apreovechar y fueron sin duda lo más flojo de la velada, por mal sonido y por falta de carisma. Su debut de 2020 "Order Of The Mind" nos gustó y lo pinchamos en su momento en el podcast pero ya el EP que salió el mes pasado me dejó frío y la otra noche no ayudó nada el que no se escuchara apenas la voz, que el sonido fuera por momentos regulero y que no conectaran ellos nada con el público, sobre todo teniendo ascendencia hispana casi todos sus miembros (son de Georgia, EEUU).

Ya venían los platos fuertes. Desde Arkansas, Pallbearer cumplió con creces con su Doom Metal con esa voz lánguida de Brett Campbell y ese sentido lúgubre que les impregna con las guitarras afinadas bien graves. Algo más de una hora en la que dividieron el setlist a pachas entre temas de "Forgotten Days" (Nuclear Blast, 2020) y el resto de repaso de sus tres primeros LPs con el sello canadiense Profound Lore, abriendo y cerrando con homenaje al 10º aniversario de su debut "Sorrow and Extinction" de 2012, del cual me consiguió una copia mi socio Fran en el AmFest, reedición remasterizada de 2022 con Demos y directos. Sinceramente me quedo con el sonido de su debut, pocos temas muy largos y muy Doom, sonido que mantuvieron también en "Foundations of Burden" de 2014 y que comenzó a cambiar en "Heartless" de 2017 hacia canciones más accesibles, cortas y melódicas en comparación. El último ya confirma esa tendencia y para mi lo sitúa bastante por debajo, aunque comercialmente ha sido un éxito y les ha abierto mucho público sobre todo al estar en un sello más grande. En directo genial, muy conjuntados y destaco los duelos de ambos guitarristas en los solos y lo limpia y clara que sonó la voz.

Los grandes triunfadores de la noche fueron Elder. Poco puedo añadir sobre el señor Nick DiSalvo y compañía, siguen siendo los reyes de la psicodelia pesada, esos desarrollos prolongados en canciones de 10, 12, 15 minutos que aúnan los desvaríos guitarreros floydianos y limpios con la pegada del rock más potente y donde la voz juega un papel secundario y sólo acompaña sutilmente. Fue el momento en que la sala estaba más llena y sobre todo más entregada. El setlist es calcado a lo que venían haciendo en esta gira y no defraudó, con un par de temas de su reciente "Omens" obviamente y con hits como "Compendium" y "Sanctuary" de sus álbumes más laureados "Lore" (2015) y "Reflections of a Floating World" (2017). Me gustó el detalle de incluir "Dead Roots Stirring" de su primera época, que está claro que el petardazo fue con "Lore" pero no olvidaría sus dos primeros trabajos, menos accesibles pero igual de disfrutones. En noviembre presentarán nuevo trabajo y estaremos atentos, porque como siga por la vena de Delving (el proyecto en solitario de DiSalvo), mal vamos. Pero confío en ellos.

La jornada la cerraba Oranssi Pazuzu y los fineses no me supieron seducir. Probablemente fueran los que más camisetas vendieron o al menos así lucían los torsos de los asistentes pero su propuesta no es para mí. Iba receptivo desde el desconocimiento, apenas había escuchado algún single del último disco, y no comenzaron mal eh, pero a mitad del bolo se me hizo bola y tuve que salir a la calle que me diera el aire y beber agua. Si lo que pretendían era agobiar con tanta luz flasheante, tanto humo, y tal batiburrillo de instrumentación y chillidos que no sabías distinguir nada...¡misión cumplida! Hasta algún fan reconoció que fue la actuación más floja de ellos que habían visto. En general no estoy a favor de tanta teatralización y menos en el Metal pero definitivamente, no son mi taza de té que dicen los ingleses.

Dos críticas voy a hacer (al margen del precio de las consumiciones que eso entiendo es decisión de la sala y ajeno a la organización): que no admitan tarjetas de crédito a estas alturas de la vida y que la calidad textil del merchandising haya caído tanto, utilizando gramajes muy bajos, que además a las personas corpulentas nos sientan de pena y dan mucha menos talla, ¡stop gordofobia! (si no lo suelto, reviento).

En resumen, la apuesta funciona a la perfección, es todo lo que pedimos los fans de estos estilos underground, nada de festivales masivos, sino bandas en sala del mismo palo con tiempo decente de setlist y buen sonido además de cantidad ingente de merchan y la cercanía de los músicos para hablar y echarse una fotillo ¡por más citas como esta!


SATURNA + KAFKUH

(8 Octubre 2022, La Ley Seca - Zaragoza)

Fotos: Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

Teníamos ganas de estrenar la temporada en casa y la vuelta a los escenarios apadrinando bandas fue con los barceloneses Saturna en La Ley Seca, teloneados por nuestros colegas de Kafkuh. Era la primera noche de las fiestas del Pilar, así que contábamos con que algo de público habría, y al final calculo que estaría media sala ocupada, no está mal para los tiempos que corren, pero pensé que más gente obviaría los planes típicos festivos a cambio de una dosis de Rock en directo...

Kafkuh llevaban tiempo sin tocar y tuvieron a bien en responder a mi invitación para hacer de anfitriones en nuestro regreso a los bolos. Son colegas y todo fluye, pero encima traen una propuesta innovadora al menos a nivel local que esto que se llama Post-Metal. Mayormente instrumentales (cuando hay voz son gritos del averno) y con temas largos que van cambiando de ritmo, pasando de introducciones tranquilas a ritmos pesados con toques Doom, y metiendo por el medio algún blast beat a doble bombo, tratan precisamente de eso de sorprender. Sorprendente fue su álbum debut Las Siete Puerta, un sólo corte de 40 minutos. En esta ocasión se moderaron y en esa duración presentaron 4 canciones, dos de ellas nuevas y las otras tantas revisitadas, ¿para el disco de rarezas quizás?

Saturna venía a presentarnos su reciente split con Electric Monolith (a quienes también vimos en Arrebato hace unos meses) de la mano del sello californiano Ripple Music. Bueno, y realmente también a presentar Atlantis, que salió en 2019 y poco pudieron presentarlo en los sucesivos meses del debido a lo que ya sabemos. Con esta última entrega suman 5 discos de estudio en 10 años de discografía y son ya unos veteranos de la escena catalana de Hard Rock, y pueden presumir de haber girado por Estados Unidos. Describir su sonido no es tan fácil puesto que aúnan influencias diversas de lo que llamaríamos Rock Alternativo de los 90s, tirando a Grunge y Stoner en ocasiones, sumándole cierta influencia blusera, sureña y del rock setentero. De estos influencias de corte vintage dio buena cuenta su nuevo guitarrista principal quien desplegó un arsenal de solos contundentes en su Les Paul negra que pusieron patas arriba a la sala. Quizás sea la voz de James lo que da sentido a todo el conjunto, melódica, siempre a tono, y también interesante el duelo entre los dos guitarristas cuando se ponen a puntear a la vez.

El repertorio estaba claro que iba a ser actual, y así de los 10 temas, 8 fueron de Atlantis y 2 del split, lógico por tiempos y por calidad, a mi juicio. Esto es algo a lo que estamos acostumbrados, las bandas evolucionan y no digo que renieguen de su sonido clásico, pero cuando puedes comprar solomillo, rara vez te rebajas a cortes más baratos. El sonido actual de Saturna es pulido y así de engranados sonaron en la Ley.

Los componentes de ambas bandas no pueden ser más majos, echamos unas cervezas antes y después, firmaron discos, sacamos fotos...éxito de noche!


COLOUR HAZE

(29 Septiembre 2022, Nazca - Madrid)

Fotos: Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

Llevaba muchos años queriendo ver a esta banda en directo, y por fin lo conseguí la semana pasada. Ha costado, pero ha merecido la pena. Colour Haze no necesita demasiada presentación pues son los probablemente la banda más conocida y exitosa de lo que llamamos Heavy-Psych en el panorama europeo. Llevan casi 30 años partiendo de los sonidos del Rock psicodélico de finales de los 60s y 70s, pasándolos por el filtro del Stoner Rock noventero, para lograr una mezcla explosiva que suena actual y vintage al mismo tiempo. Si algo me gusta de ellos, es que han mantenido la esencia de la banda y su sonido tras 14 álbumes de estudio, con ligera variaciones en los planteamientos de los temas, en cuanto a longitud, importancia de la voz o cambios en las melodías e instrumentación ambiental, pero el núcleo no ha variado. Quizás la otra cualidad que destaco es su finura, estamos antes una banda delicada, que cuida los detalles y que cuando tiene que ponerse un poco más agresiva, no desentona con el resto del conjunto de su sonido.

Dicho esto, encaraba la sala Nazca con nula experiencia...sonaría bien? sería cómoda? La respuesta fue afirmativa en ambos casos, es una discoteca pija de la zona Bernabéu oscura y llena de reservados con sofás pero en la pista central que es donde está el pequeño escenario, el sonido fue fantástico, muy nítido, pese a que en los primeros temas la guitarra de Stefan sonaba algo baja. Igual solo estábamos 250 personas o así, lo suficiente para estar a gusto y con espacio. El bolo en sí fue una experiencia inmersiva de principio a fin. A ellos se les veía agotados de viajes y actuaciones de los días previos pero muy felices con lo que hacían que es su pasión y de tenernos enfrente, entregados. Admiro esa capacidad que pocas bandas tienen para tenerte dos horas seguidas metido en la burbuja sonora que crean, y Colour HAze lo consiguió el jueves pasado, hasta el punto en que se nos hizo corto. Me alegro que mi primera vez fuera en sala y no en festival con ellos, habría sido muy diferente.

El trío alemán dio una lección de manejo de los instrumentos, sobre todo el batería, me pareció un hacha a las baquetas, sobre todo dándole un rollo jazzístico que en vinilo igual no se aprecia tanto, pero en vivo nos dio la impresión de estar en la película Whiplash, recital de batería de Jazz lo mires por donde lo mires, tocando notas rapidísimas y sutiles, transmitiéndonos esa fusión entre ambos géneros, Rock y Jazz, que ya parte de mitad del siglo XX. Si a ese le sumas la maestría de Stefan Koglek a la guitarra eléctrica, a ojos cerrados podíamos haber estado ante una jam entre Art Blakey y Wes Montgomery en algún punto a finales de los años 50s, por ejemplo. En cuanto al teclista, que se convirtió en miembro permanente desde 2018, tengo sentimientos encontrados. En algunos temas me sobra, y en otros como en los viejos no sé si aporta nada nuevo a la mezcla original, en cualquier caso, un mal menor.

Como seguidor desde hace tiempo, conocedor y poseedor de casi toda su discografía, no eché de menos nada en el setlist. Hubo una buena mezcla de hits como Tempel, Love, Aquamaria o Überall de sus discos pasados más laureados, alternando con un par de temas del recién estrenado "Sacred", del cual dijeron que todavía están aprendiéndoselo para tocar en directo. Una delicia para los sentidos poder disfrutar de bandas así durante dos horas, en una sala acogedora y con buen sonido. La banda se mostró humilde y entregada en todo momento, unos señores, pudimos charlar brevemente y tomar una foto con el señor Koglek y todo. Espero repetir en algún momento la experiencia.



BONES OF MINERVA

(24 Septiembre 2022, Arrebato - Zaragoza)

Fotos: Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

En ocasiones escuchas un disco por casualidad y te impacta de tal manera que no puedes dejar de escucharlo durante días y quieres saber más sobre ese proyecto. Discos que tienen algo especial, diferente y que te llegan hasta lo más profundo sin saber por qué. Este es el caso de Embers de Bones Of Minerva.

Estamos ante una banda joven de Metal formada por cuatro mujeres provenientes de la sierra de Madrid que son guitarra, bajo, batería y voz. Y menuda voz, porque a la contundencia instrumental que profesan hay que sumarle una voz muy especial que guía todo el conjunto en las canciones. Una voz, la de Eustaquia, anteriormente conocida como Blue (aunque realmente se llama María), capaz de pasar del canto al berrido en la misma frase, mezclando sutileza y barbarie. Algo similar a lo que hacía Chino Moreno en Deftones, una de sus referencias según nombran en las entrevistas y de cuya canción Minerva ("Deftones", 2003) parece que se origina el nombre de la banda. Otras de las bandas que nombran como inspiración son Mastodon, Gojira o Tool, y sí se pueden intuir ciertas vibraciones similares a dichos referentes.

El álbum me cautivó a primera escucha sobre todo por la mezcla de brutalidad y finura, hay algo muy artístico en todo el conjunto y un contraste luz/oscuridad muy atrayente. Confieso que no las conocía y que supe de ellas por la difusión en redes sociales de algún medio afín, pero suficiente para sacarme pronto del convite de una boda y dejar de beber para acudir un sábado lluvioso a la noche a nuestra querida sala Arrebato. Pese a que nos escapamos Fran y yo demasiado pronto para llegar a sacar la entrada en caso de "Sold Out", éste no se produjo y más bien tuvimos una entrada floja para lo que se acostumbra en la parroquia. Aprovechamos la hora previa para charlar un poco con las chicas en el merch, y con Nuria de LaRubia y Sergio de Aloud, padrinos de la criatura.

El bolo fue toda una explosión de sensaciones para los oídos, una buena bofetada sonora que nos despeinó. El sonido fue bastante mejor de lo que me esperaba por la sala y el estilo que tocan y no me hicieron falta tapones, éxito. El repertorio fue básicamente el disco Embers entero salvo Flood que cambiaron por Privilege de su debut, la única que tocaron de él y con la que abrieron fuego. Fuego precisamente fue el tema con el que cerraron, y creo que es su hit por el momento, bien elegido como single de presentación con videoclip incluído. Final apoteósico.

Post bolo, pillamos algo de merchan y felicitamos a la banda como se debe, aprovechando para sacar alguna foto para las redes, que nos cuesta porque somos unos huraños y unos yayos, pero es el mercado amig@s! Bones of Minerva tienen darán mucho que hablar en los próximos años, les seguiremos la pista. Me fui agotado de todo el día pero con una sensación de que no todo está perdido en el metal, y hay relevo generacional.

Si este es el futuro del metal estatal...¡Pinta muy bien!

SONIC BLAST FESTIVAL

(10-13 AGOSTO 2022, VILA PRAIA DE ÂNCORA - PORTUGAL)

Fotos: Clavijeitor/Sonic Blast

Texto: Clavijeitor

Este año mis vacaciones iban a concluir con el viaje a este festival de Portugal, y vaya si terminaron bien. Cinco días de risas con colegas, de desconexión total del mundo, a tope de conciertos, comiendo y bebiendo. Vamos, que no se puede pedir mucho más.

Estaba claro que era el evento del año en lo musical dados mis gustos, ya que se iban a dar cita numerosas bandas que han pasado por el podcast y otras a las que sigo desde hace tiempo, y porque (por razones obvias) era mi reencuentro con los festivales o conciertos masificados desde hace unos años. Las 11 horas de coche (desde Zaragoza, con dos paradas técnicas) las llevamos muy dignamente pese al madrugón, con los protagonistas del evento sonando de fondo y charrando con los sospechosos habituales de estas ocasiones, alineación de lujo. Al llegar a la casa: birras, ducha y ¡hacia el recinto para la fiesta de bienvenida del día de antes!

Era la décima edición del festival y la primera en la nueva localización, pasando de Moledo a Vila Praia de Âncora, el siguiente pueblo costero. Concretamente en el parking del campo de fútbol del equipo local, pegado al mar, con bosques y montañas franqueando la zona. Era una clara apuesta de la organización por la expansión. Más capacidad, más patrocinadores, más artistas y de más renombre. Se estima que hubo algo más de 5000 personas, parece que el doble que la edición anterior. Estamos hablando de un festival que hasta ahora tenía un marcado perfil familiar y underground, con bandas punteras del espectro de lo géneros Stoner, Doom, Sludge, Heavy Blues, Psych Rock...básicamente lo que pincho yo en el podcast, vaya. Por aquí habían pasado Eyehategod, Colour Haze, Earthless, Kadavar, Graveyard, Mars Red Sky, Samsara Blues Experiment, Om, Church of Misery, Elder, Windhand y demás bandas del palo.

La Warm-Up Party del miércoles sirvió como toma de contacto con el recinto y la disposición de los escenarios, puestos de merchandising, bebida, comida, etc. Cinco conciertos en una carpa de arena que se quedó pequeña para la cantidad de gente que ya pululaba por el pueblo en esta jornada de calentamiento, la mayoría "entonada" por lo que casi tiran en algún momento la mesa de sonido. Pudimos ver un par de bandas interesantes que más tarde repetirían set: El Perro y Toxic Shock. A la banda de Parker Griggs le tenía ganas, su disco debut ha sido de lo más fresco del año y sonó prácticamente entero en el bolo. Ofrecieron 50 minutos de Funk acelerado con un sonido de guitarra lleno de efectos estilo vintage, muy Hendrix y una percusión notoria aportando un elemento Afrobeat o Latin Rock a la manera de Santana de principios de los 70s. ¡Buen comienzo! A continuación Toxic Shock pusieron la carpa patas arriba con su propuesta de hardcore/crossover thrash hasta tal punto que casi se viene abajo la mesa de sonido y se levantó tal polvareda con los pogos que parecíamos salidos de una duna del Sáhara. Musicalmente el grupo me pareció del montón pero el carisma de su cantante lo compensa con creces. Actitud perfecta para el estilo, arengando al público y contando chistes, sin parar quieto ni un segundo, que parece que le va a dar un infarto a cada instante. El tío está en forma y lo demuestra jugándose el físico en cada tema, siempre divertidos, ideales para hacer el cabra. Emprendimos el largo camino de vuelta a la casa y a sobar.

El jueves comimos bien (barato y rico) y pronto, con unas cuantas birras antes y durante para regular el ph y para aguantar la primera jornada larga. Vamos teniendo una edad y hay que elegir bien qué grupos ver, porque ya no aguantamos 12 horas seguidas de pie. Así que fuimos eligiendo de manera que los primeros y últimos grupos de cada jornada que solían ser locales o menores no los vimos y nos centramos más en los que conocíamos, a por lo que veníamos vaya, que ya hicimos buen trabajo de scouting desde que anunciaron el cartel. A las 16h con buen solete nos plantamos en el escenario principal para ver a The Devil & The Almighty Blues desde Noruega. El quinteto escandinavo era la propuesta más blusera de esta edición y no defraudó con sus tempos lentos, sus licks y vibratos de guitarra con aires del Mississippi pasados por un filtro más progresivo que les lleva a canciones que rondan o superan los 10 minutos. Siempre comandados por la profunda y melancólica voz de Arnt O. Andersen, ataviado con su túnica negra, que mientras da descanso a sus cuerdas vocales, observa desde la retaguardia con los brazos cruzados, metido en su papel y en sus canciones. Fue uno de los mejores bolos del finde, por sonido, carisma, y calidad de la banda. El público sabía a lo que venía y estuvo muy metido durante todo el show del primer gran grupo del evento. 60 minutos en los que intercalaron temas de su último lanzamiento allá por 2019 llamado Tre, y sobre todo del homónimo de 2015. Si algo bueno tiene este festival es que no solo pillan a bandas que están girando en dichas fechas sino que tienen el suficiente poder de convicción para atraer a bandas que no suelen salir a tocar o llevan años sin hacerlo, como en este caso.

A continuación, otro grupo Noruego, Slomosa se subieron al escenario dos. Este cuarteto tuvo repercusión en 2020 con un disco homónimo de debut orientado a un público más amplio, con estribillos coreables pero con bueno guitarrazos también. A nosotros nos supieron a poco, demasiado facilones en directo, aunque conectaron muy bien con la gente, interactuando a menudo, simpáticos. No estuvieron mal pero con esos 40 minutos y con algo de distancia suficiente. Así pudimos coger buen sitio para una de las bandas que más ganas teníamos de ver King Buffalo, desde Rochester, New York. Con estos se nos hizo corta la hora que les dieron, puesto que sonaron impresionantes en el escenario principal, literalmente calcados al disco. Lo cual puede verse como algo negativo pero muy meritorio a la par. Está claro que son unos profesionales del copón, perfeccionistas y precisos con su sonido. Sonaron bien finos, pero es que ellos son así, sosos, así que interacción con el público hubo poca. No fue necesaria. Esos pasajes sonoros de Sean McVay con el astro rey haciéndonos sudar nos transportaron a otra galaxia por unos instantes. Hubo repaso de temas de su reciente Acheron y de sus anteriores entregas, pero como los temas son largos, toca a un poco de cada.

Tras varias horas seguidas al sol y varios bolos seguidos, era hora de tomar algo de distancia y descansar un poco para coger fuerzas para la tralla de la noche, así que los dos bolos siguientes los escuchamos de fondo. The Meatbodies era la propuesta más Indie y menos atractiva para nosotros, mientras que W.I.T.C.H. que fue la primera banda de Zambia en grabar un disco de Rock en los 70s, sonaron a las leyendas del Garage africano que son, bien. El otro plato fuerte del día para nosotros era Nebula. Eddie Glass y compañía salieron con ganas y dieron todo un recital de esa psicodelia espacial que les hace tener un sonido propio muy marcado, sabiendo cuando acelerarse, cuando meter guitarrazos con efectos y cuando alargar lisérgicamente los temas de su basta discografía. Sonaron muy engrasados, como en su recién estrenado séptimo LP de estudio Transmissions From Mothership Earth. Algo más de una hora que se nos hizo cortísima, máximo disfrute en el escenario 2, donde todo el mundo estaba muy metido en el show, y donde daba igual qué temas tocaran porque todo su repertorio encajaba. Lo bueno de tener dos escenarios pegados sin solapes es que en cuanto acaba uno, empieza el de al lado en apenas segundos, lo malo que si quieres buena posición, tienes que moverte antes de que acabe el anterior, pero se podía uno mover con facilidad por allí. Aquí viene la mayor decepción probablemente del festival...Stöner. La banda de Brant Björk y Nick Oliveri sonó bien sí, pero en cuanto a calidad de los temas andan cortitos, y eso que su segundo álbum supera al primero, pero sonaron monótonos de cojones, tocando varias canciones largas sin apenas cambios de ritmo, se nos hizo larguísimo, ¡tostoner! No les salvó ni la versión de Green Machine de Kyuss con la que cerraron. Vi mejor a Nick que a Brant en cuanto a forma y ganas/actitud, pero insuficientes para el caché que tienen estas leyendas del desierto.

Ya era casi medianoche y aún vimos un par de bolos más. Toxic Shock de nuevo, quienes volvieron a liarla con ese cantante saltarín que no paraba de subirse a la estructura de los altavoces para tirarse al escenario de un brinco y de arengar al público a hacer el cabra (sí, estamos ya mayores). Y Slift, una de las sorpresas francesas de este año se segundo álbum Ummon, Heavy-Psych fresco desde Toulouse. Presenciamos el inicio arrollador de los primeros temas, que sonaron realmente potentes, con unas proyecciones de luces cegadoras e hipnóticas, pero según avanzaba el show se fueron poniendo demasiado psicodélicos para esa hora de la madrugada y para el cansancio que llevábamos, así que el final lo escuchamos ya desde la distancia y marchamos a descansar, pasando de los dos grupos locales que cerraban la jornada.

El segundo día iba a ser el más duro y pesado, y cumplió con creces las expectativas. Comenzamos bien pronto, a las 14h cuando se subió al escenario de la carpa nuestra amiga Mireia de Rosy Finch (a quién ya entrevistamos en el podcast y cuyo disco Scarlet fue mi favorito nacional de 2020). Sonaron tremendos, muy contundentes. Consiguieron llenar la carpa a esa hora y a pleno sol, ¡meritazo! Mireia se dejó la garganta y todos lo agradecimos, esos berridos le dan todo el sentido a su sonido, lleno de distorsión y contundencia. Media hora bien aprovechada sin decir casi palabra, que hable la música, o así lo entiendo yo también. Tiempo para sacar a paseo ese gran Scarlet y pasarlo bien con todos los fans españoles que estábamos en primeras filas, mucho conocido del sector gozándosela como debe ser. Así se empieza una jornada maratoniana festivalera.

Las dos siguientes bandas las vimos a medias mientras comimos y demás recados: 24/7 Diva Heaven y Lunavieja. Cogimos buen sitio en el escenario principal mientras terminaban estos últimos con su puesta en escena teatral. Era la hora de The Machine, el trío holandés de Rock psicodélico liderado por David Eering, que dieron un show soberbio, lisérgico, con esos temas largos de jams psicodélicas/espaciales, y a veces desérticas cuando se aceleran y le dan caña a las pedaleras para añadir efectos a la guitarra. El público ya les conocía puesto que era su tercera aparición en las 10 ediciones del festival. Me sonaron potentes y tocaron parte de sus dos mejores discos en mi opinión, Drie y Solar Corona. Es una banda que en estudio me ha evolucionado peor al abandonar los temas longevos, pero siguen teniendo toda la calidad del mundo cuando se ponen. Por cierto, anunciaron allí la grabación de un nuevo LP para 2023. Unos tíos muy simpáticos que se dejaron ver durante todo el fin de semana por el recinto.

Continuamos con otro de los grupos a los que tenía más ganas de ver en directo, al haber sacado uno de los discos más apetecibles del año pasado, Green Lung. Basando sus letras en el folklore tenebroso británico, satanismo y brujería con toques de terror lovecraftiano, uno esperaría cierta vestimenta sobrio, oscura, etc. Pero nada más lejos de la realidad...buen rollo, humor y apariencia de lo más mundano para este quinteto de Londres que con Black Harvest ha conseguido poner el Rock ocultista con toques Heavy Metal clásico y organillo en primera plana del panorama underground. Y es que tienen carisma y estribillos que enganchan, además de un saber hacer sobre el escenario que mete a la gente de lleno de principio a fin en su ritual mágico. Buen sonido y buena interacción con el respetable para unos chicos que darán mucho que hablar en el futuro, tienen personalidad y eso me gusta.

Aún pegaba fuerte el sol en la playa mientras escuchamos a los también ingleses PIGS PIGS PIGS PIGS PIGS PIGS PIGS. Desde Newcastle Upon Tyne (ciudad en la que pasé mi año de Erasmus), esta banda practica un rock acelerado, mezclando sonido pesado con estribillos pegadizos, lo que les hace algo indefinibles en cuanto a género, pero la verdad es que son agradables de escuchar y sus canciones oscilan notablemente entre varios estilos. Reconozco que su último esfuerzo Viscerals de 2020 me gustó bastante, aunque nunca han llegado a engancharme del todo quizás por esa amplitud de sonidos que incorporan. A las 19h se subía de nuevo Parker Griggs con su proyecto funky retro El Perro, que como ya les vimos el miércoles y dado que solo tienen un disco y su set se antojaba muy parecido, decidimos escucharlo de fondo con unas birras y merendar. Así cogimos fuerzas para Conan, lo más cerdo de la jornada. Y cuando digo cerdo, lo digo en el buen sentido. Caveman Battle Doom desde Liverpool (como ellos se autodenominan). Afinaciones graves, destroza cuellos. El trío liderado por Jon Davis dio en el escenario pequeño todo un recital de sonido pesado, pese a que en los primeros compases de la actuación se escuchaba su guitarra demasiado crujiente por decirlo de alguna manera, casi al estilo de Korn y el Nu-Metal noventero, afortunadamente se fue corrigiendo. A todos nos dejó en shock ese vendaval de Doom hipnótico guiado por los chillidos de Jon, que en ocasiones se acelera y parece Death Metal y hace que cobren vida batería y bajo para luego volver a los ritmos pausados y contundentes. Poco se puede decir ya de esta banda, puesto que está bien establecida en el olimpo del género de su generación y acaba de publicar un tremendo Evidence of Immortality con Napalm Records.

Sin tiempo para recuperarnos, asistimos a una de las grandes sorpresas para mí. Los americanos WITCH. Había escuchado sus dos discos de 2006 y 2008 y no me habían atrapado demasiado, pero en directo cobraron una fuerza especial, sonaron muy bien. Ya no está J. Mascis de Dinosaur Jr. en la formación, pero a cambio tuvimos en la batería a Mario Rubalcaba de Earthless, nada mal. No obstante la baza de esta banda es el juego entre las dos guitarras, que se complementan de maravilla para recuperar ese sonido vintage del Rock de los años 70s, proto-metal, o como quieras llamarlo. A continuación, nos fuimos acercando a las primeras filas del mismo escenario principal, mientras sonaba de fondo Moura en el pequeño, y es que llegaba el plato fuerte del festival. La banda por la que ya hubiera pagado lo que costaba todo el evento, y que llevaba años queriendo ver, ardua tarea pues en la actualidad salen poco de gira.

Hablamos de Electric Wizard. La banda de Doom ocultista de Dorset fue lo mejor que presenciamos en todo el festival, de largo, otra liga. Aún nos estamso recuperando del ritual al que asistimos aquella medianoche. Con puntualidad británica saltaron al escenario sus "satánicas majestades", Jus Oborn y Liz Buckingham. Este matrimonio es el núcleo de la banda desde que se marcharan el bajista y batería que formaban el trío fundador que se mantuvo intacto hasta la llegada de la guitarrista americana en 2004 con el quinto álbum de la banda We Live. A partir de ahí han ido rotando numerosos músicos en ambas posiciones. La banda salió con su característica actitud desafiante, soberbia, sabiéndose vencedores antes de jugar el partido, no obstante eran el motivo por el cual mucha gente, sobre todo los más metaleros se habían congregado aquí. No pudieron comenzar mejor, con Return Trip de su segundo álbum Come My Fanatics de 1997 que fue con el que se dieron a conocer y forjar ese sonido propio. Desde la primera nota estabamos babeando...¡qué sonidazo! Llevaban una torre de amplis Marshall detrás que solo les vimos usar a ellos y no estuvieron el resto de días, ¿exigencias del guión? Sea como fuere, sonó tremendo, inmenso. Para todo el fuzz y distorsión que llevan, sonaron impolutos, siendo distinguible la guitarra de Jus en cada punteo. Hora y cuarto en la que interpretaron 8 temas, uno de cada disco salvo del debut, si no me equivoco, terminando con la mítica Funeralopolis del popular Dopethrone del año 2000. Todo un alegato en sus letras al ocultismo, satanismo, brujería, desobediencia, marihuana...con vídeos de fondo de mujeres desnudas en rituales y luces alucinógenas, muy bien ambientado. Se nos hizo corto y al acabar estamos atontados, sin poder asimilar del todo lo que acabábamos de presenciar. Sinceramente, uno de los conciertos de mi vida, ¡amor eterno a Liz Buckingham! Después de esto no podíamos presenciar ningún bolo más, Kaleidobolt sonaba de fondo cuando emprendimos el camino de retorno al hogar, y aún había un par de bandas locales en la carpa.

El último día nos despertamos tarde y se empezaba a notar el cansancio acumulado de tantas horas de pie, de andada y de sol. Nos despertamos con la noticia de dos cancelaciones: Mythic Sunship y El Altar del Holocausto. Dos bandas que también han sonado en el podcast y a las que quería ver, pero el sábado era el día más fuerte y teníamos bolos de sobra. Comenzamos a las 16h con Psychlona, otros británicos, que nos encandilaron con su álbum Venus Skytrip de 2020. Sin embargo, en directo estuvieron simplemente correctos, sonaron bien y adelantaron algún tema del nuevo LP de este verano, ideales para ir entonándonos. Más interesantes fueron sin duda nuestras queridas Bala. Salir a las 17h de la tarde con todo el sol a meter semejante caña es digno de admirar, se comieron el escenario pequeño a base de trallazos. ¡Qué ruidera meten con solo batería y guitarra y cómo le pega Violeta de duro! Conectaron instantáneamente con el público por su música y sus palabras en gallego. Sinceramente, me sonaron mucho mejor que en disco. Repasaron hits de su aclamado Maleza como Agitar, X y Hoy No, y también algún clásico cañero de sus anteriores Lume de 2017 y su debut Human Flesh (2015). Tres cuarto de hora aproximadamente que nos supieron a poco. Con Mdou Moctar nos fuimos a sentarnos un ratillo y echar unas cervezas a la zona de restauración, con lo que los escuchamos su rock africano de fondo mientras la gente bailaba enloquecida en el escenario principal. La verdad que este tipo de conciertos era de lo que menos nos pega a nosotros pero fuimos testigos de que la gente lo estaba gozando a tope, si bien reconozco que con la guitarra es un virtuoso.

La cosa se iba poniendo seria y era el turno de los americanos The Atomic Bitchwax desde New Jersey, formación siempre hermanada con Monster Magnet con los que han compartido miembros y liderada por el bajista Chris Kosnik. Veteranos de guerra desde aquel debut homónimo del ´99, son abanderados del rock cañero de corte setentero, siempre con guiños humorísticos. Canciones breves de estribillos coreables con riffs pegadizos y buenos solos. Sencillo pero ejecutado a la perfección, como en esta ocasión. Show sin fisuras y muy buena interacción con el público. Me hubiera gustado alguna canción más del último, como el single You Got It, pero les perdono. Apuramos y nos movimos hacia el escenario principal para coger buen sitio cerca de Bobby Liebling y sus Pentagram. Banda mítica de los años 70s nacida en Virginia y padres del Doom Metal, pese a que el reconocimiento fuera muy posterior. Son toda una institución y me alegro de haberle podido ver a Bobby, que es el único miembro original que gira y es todo un personaje a sus 68 años (es un milagro que esté vivo con la vida que ha llevado). Bobby lleva buenos músicos en directo, destacando el zurdo Matt Goldsborough a la guitarra y conserva bastante bien la voz, ¡grata sorpresa! Tocaron un setlist lleno de hits como Relentless, Sign of the Wolf y cerraron con mi favorita Forever My Queen, enlazada con 20 Buck Spin para cerrar. Míticos tachados de la lista.

A las 21:30 saltaban los 1000Mods y a lo que nos dimos cuenta había tanta gente que no se podía pasar a coger buen sitio, pero no pasa nada, los vimos de fondo con unas birras mientras cogíamos fuerzas para la traca final. Con estos hubo buen pogo y creo que fueron de los que más gente metieron, porque además el sábado se notaba que había más gente, portugueses y españoles a 50/50 diría. Tocaron algo del nuevo sin olvidar clásicos como Vidage de su reeditado debut Super Van Vacation de 2011 (producido por Billy Anderson), un señor disco y su mejor obra en mi opinión. Estos griegos tocan un stoner desértico muy blusero, con voz suave y buenas líneas de bajo (con Dani G. y su Rickenbacker), en sus primeros pasos más pesados, y girando hacia algo más accesible y coreable en sus últimas entregas. Sonaron muy potentes y la gente lo gozó en primeras filas. Empalmamos la sentada de birras y cena con el principio de la siguiente banda, los bávaros My Sleeping Karma, que subían al escenario principal a presentar algunos temas de su sexto álbum Atma, recién salido, tras 7 años de silencio. Sinceramente, es una propuesta con la que nunca he conectado del todo, al igual que el resto de mi cuadrilla, demasiado suaves y monótonos, aunque sonar sonaron muy bien y limpio. Creo que no era la hora adecuada para esta propuesta, igual a media tarde mejor, aunque a nosotros nos vino de lujo para repostar y pillar buen sitio para los dos platos fuertes que quedaban.

Decidimos presenciar a Orange Goblin algo escorados, plantándonos ya con buen sitio en el escenario 2, puesto que pese a amarlos, les hemos visto ya muchas veces y no hacía falta estar tan cerca, y menos con tanta multitud apelotonada en las primeras filas centrales del escenario principal. No sé si fue porque estábamos algo escorados en un lateral de los bafles, pero la guitarra de Joe Hoare, quién estaba en el lado opuesto con una LP en vez de su habitual SG, no sonaba apenas. Pese a este detalle, sonaron como una apisonadora, como siempre, con este rollo Motorhead que han pillado últimamente, y repasaron temas de su vasta discografía, comenzando con el clásico Scorpionica y terminando con Red Tide Rising, como es habitual los últimos años. Por pedir, me hubiera gustado algun tema más de su primera época más desértica y psicodélica (o Beginners Guide To Suicide con ese slide y harmónica tan especiales, y que no tocan nunca en directo salvo en el Desertfest de Londres de 2015 en la fiesta de su 20º aniversario con Jonny 'Honkeyfinger' Halifax como invitado) pero tienen tantos hits en sus más de 25 años de carrera que todo lo que toquen es bueno. Incluso alguna de las covers que tan bien han ejecutado en sus primeros álbumes como Just Got Paid de ZZ Top, We Bite de Misfits o Into The Void de Black Sabbath. Me alegró ver a Ben Ward en forma, bastante más delgado, siempre arengando al público y poniendo toda la pasión del mundo en cada canción que interpreta, ídolo total. También comprobamos que el nuevo bajista ha encajado a la perfección, visto que se arrancaba a hablar entre canciones y soltar chistes que nadie entendía, en lo que supone el primer cambio en la formación londinense, siendo el resto de miembros actuales fundadores. Bueno, en los 4 primeros discos tuvieron un segundo guitarrista que abandonó la banda en 2004, quedando en cuarteto hasta la actualidad.

Para echar el telón del festival tuvimos a la banda Weedeater en el escenario pequeño. El trío de Carolina del Norte no defraudó y fue todo lo que esperábamos. Una panda de rednecks sureños tocando tocando un sludge pesado de afinaciones graves, super distorsionado de ritmo pausado y con voz chillona, contemporáneos de Bongzilla en tiempo y estilo. Canciones que hablan de fumar y beber mayormente, no obstante su bajista y cantante Dixie Collins se zumbó casi una botella entera de bourbon Evan Williams mientras tocaba entre y durante canciones, ¡un crack! A pesar de esto y de las bromas que soltaba entre temas, el sonido fue muy bueno y potente y pusieron buen broche final a la velada centrándose en temas de su aclamado God Luck And Good Speed de 2007 editado por Southern Lord. Ya les vale no tener material nuevo desde aquel Goliathan de 2015, "chandros" se les llama en mi pueblo.

En resumen, estamos ante un festival pequeño y familiar con oferta estilística variada centrada en Stoner/Doom/Psicodelia con guiños al blues, hardcore, garage, punk, grunge, noise y que cuenta bandas punteras del underground. Bien organizado y en plena expansión. Lo que más destaco es el buen rollo imperante de la gente en general, nos sentimos como en casa en todo momento, un ambiente estupendo. Hay cosas a mejorar como la falta de urinarios y de puntos de agua, la escasez de zonas para sentarse, y alguna cosa más, pero tiene potencial y con toda seguridad regresaré el año que viene.


Top 5:

-Electric Wizard

-Nebula

-The Devil & The Almighty Blues

-Pentagram

-Weedeater



ROBERT JON & THE WRECK

(3 Junio 2022, Rock & Blues - Zaragoza)

Fotos: Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

Desde mi juventud me he sentido atraído por aquellas bandas que lucían la bandera confederada o desprendían ese aroma sureño norteamericano, ese estilo que denominan Southern Rock. Cuando me topé con Lynyrd Skynyrd y The Allman Brothers supe que ahí había algo especial, y más tarde cuando fui descubriendo a The Marshall Tucker Band, Molly Hatchet, Blackfoot, The Outlaws, etc se confirmaron las sospechas de que el sur era el gran tapado. La antorcha nunca se ha apagado con grandes exponentes en este milenio como The Black Crowes, Drive-by Truckers, Gov't Mule, Derek Trucks y un largo etcétera.

Curiosamente Robert Jon & The Wreck son de Orange County, California, pero eso no quita para que suenen bien sureños, bien clásicos. Estamos ante un quinteto comandado por una dupla de guitarras, la solista de Henry James y la rítmica más voz de Robert Jon, quién sabe hacerse a un lado cuando llega el momento de brillar del primero, o sea los solos que culminan cada tema.

Durante casi dos horas recorrieron su discografía, que va desde "Fire Starter" de 2011 hasta "Shine a Light on me Brother" de 2021, siendo la mayoría de ellos autoeditados. Hubo momentos álgidos como el solo de teclados o cuando el guitarrista solista se encaró al público hablándo sólo con su Gibson Firebird y estableciendo una relación de pregunta respuesta, que el respletable apreció y coreó.

Era su tercera visita a nuestra ciuidad y lejos queda aquella noche en La Ley Seca en 2015 donde apenas hubo 8 personas. Tiempo suficiente para comprobar lo que ha crecido la banda y lo capaz que es de seguir componiendo hits coreables con aire sureño como "Oh Miss Carolina". Un placer recibir este tipo de propuestas y en salas con sonido envidiable como la céntrica Rock & Blues. Que nadie se olvide del sur, ¡por favor!

GREEN DESERT WATER

(28 Mayo 2022, La Ley Seca - Zaragoza)

Fotos: Vicente Cabello

Texto: Clavijeitor

Los asturianos Green Desert Water pasaron por La Ley Seca un sábado en el que "el maldito fútbol" dejó calles y bares vacíos a la hora de cenar, pero allí estábamos una treintena de locos por el rock & roll para dar caña y vaya si dimos. La actitud fiestera de la banda ayudó, con el frontman Kike Sanchís animando a la sala enérgicamente entre canciones o en los breves instantes previos a sus solos de guitarra. También contribuyó al éxito del bolo que los asistentes veníamos calentitos después de ver a El Altar Del Holocausto, ya metidos en faena.

Tocaron íntegramente su aclamado "Black Harvest" de 2021, que fue mi LP predilecto estatal de dicho curso y algún tema de su debut "Solar Plexus" de 2018, editados ambos por el sello norteamericano Smallstone Records. César, el técnico de sonido de la sala, sabe sacarle todo el partido al las bandas de Stoner, Heavy Blues, Rock 70s...de manera que suenen potentes aunque sin saturar, y en el caso de GDW lo hizo más todavía ayudados de amplificadores y cabezales de reputadas marcas como Orange, Marshall y Vox, los cuales me comentaron al preguntarles que fueron buenas y costosas inversiones hace años.

La banda suena engranada, sin fisuras, profesionales. Saben lo que hacen y dónde están en todo momento. Saben comunicarse y compenetrarse con el público, para darle lo que quiere. Recital de esto que se ha denominado Revival Rock 70s, que tan popular ha sido en los últimos años en Europa, encabezado por bandas como Kadavar o más cercanos Electric Monolith, que vimos hace bien poco por aquí también.

A estas bandas no se les puede pedir más porque son todo actitud y pasión por su hobby, recordemos que este país no se puede ganar la vida nadie dignamente con la cultura, salvo teniendo el apoyo de multinacionales detrás. Una hora de placer, y unas cuantas birras compartidas con ellos, que al final el Rock va de esto, ¿no? Pasarlo bien, echando unas birras con los colegas. Brindemos por más bandas así.


VARGAS BLUES BAND

(27 Mayo 2022, Zeta - Zaragoza)

Fotos: Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

Quien piense que el Blues no cambia y no se adapta a los tiempos es que está sordo o no quiere escuchar las propuestas actuales que van llegando, sobre todo desde USA. Así, el viernes pudimos comprobar que se puede hacer un bolo mezclando ambas escuelas de Blues, la vieja y la nueva.

Javier Vargas no necesita presentación, con más de 30 años de carrera y otros tantos discos publicados, es todo un referente del Blues Latino, y es que nacido en España, pasó mucho tiempo por las Américas y siempre ha tenido ese toque latino en sus composiciones, como el gran Carlos Santana. En esta ocasión presentaba su Back in Memphis editado el pasado año, propuesta innovadora de un Blues más actuales influenciado por los sonidos urbanos que dominan las ondas actualmente y en el que colabora John Byron Jagger, sobrino de Mick el de sus Satánicas Majestades. Quizás la mayor diferencia es esa manera de cantar, casi rapeando que tenía el joven, ataviado con un outfit llamativo, con cadenas de oro y camiseta con el rostro de la desaparecida Amy Winehouse.

La primera mitad del show fue un recorrido por dicho LP, con 5 o 6 temas seguidos sin apenas descanso, que sonaron bien con la nueva acústica de la sala Zeta, mejor de lo que recordaba. El señor Jagger se apeó del escenario para la parte central del show en la que los tres viejos rockeros se centraron en un repertorio más clásico, acorde con la mayoría del público asistente que prácticamente llenaba el garito. Javier se lució con su hacha, demostrando que a sus 64 años todavía siente el Blues como el que más, disfrutando de cada solo en su Stratocaster. Los últimos temas se volvieron más fiesteros, subiendo al escenario un invitado que forma parte de otra banda local tributo a los Beatles, su acento británico le delataba. No podían irse sin meter un par de versiones de los Rolling, a quienes telonearán en Madrid en unos días, y así cayeron Honky Tonk Woman y Brown Sugar.

Hora y tres cuartos después, me fui a casa con la sensación de que son compatibles la vieja escuela y la nueva (aunque me quedo con la primera) y de que la experimentación como forma de supervivencia del género es mejor que su extinción.


EL ALTAR DEL HOLOCAUSTO

(28 Mayo 2022, CC Delicias - Zaragoza)

Fotos: Fran Pueyo

Texto: Fran Pueyo

"He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás, me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida (2 Timoteo 4:7-8)"

Cuesta trabajo encontrar una banda estatal que acumule más fechas a sus espaldas que EADH. Más allá del imaginario religioso que les acompaña desde su fundación en 2012, su trayectoria es por encima de todo un culto a la perserverancia. Su cuidada puesta en escena, su merecida reputación de banda de directo y el climax que consiguen en sus inolvidables homilías son la razón de que con cada lanzamiento sean más los fieles que abrazan su credo.

La gira de presentación de esa suerte de luz sobre la oscuridad pandémica llamada Trinidad (Marzo 2021), arrancó el Otoño del pasado año y por fin llegaba a Zaragoza. Esta vez en el que muy probablemente sea nuestro enclave favorito de la ciudad para la música en directo reconvertido en espacio para la oración. Y es que resulta imposible no adentrarse en el mundo del Altar tan pronto uno cruza la puerta de acceso a la sala y se encuentra de frente con un escenario perfectamente decorado para la ocasión bañado en un envolvente juego de luces rojas. La música ambiente accede a nuestro subconsciente, activa nuestro yo espiritual y nos prepara para lo que está por venir.

El cuarteto entra en escena y son suficientes unos minutos de su faceta más oscura para iniciar la conversión. La carne que nos envuelve carece ya de valor o significado y nuestras almas se elevan en comunión ávidas por experimentar las sensaciones que aguardan a la vuelta de la esquina. El viaje hacia la purificación está en marcha y resulta tan intenso como reconfortante. El miedo, la preocupación, la esclavitud de la rutina son aplastadas por el aquí y el ahora. Es dónde debemos estar porque es dónde somos. Ningún esfuerzo descriptivo de lo que ocurre en el proceso ha de resultar suficiente o justo, y como propia búsqueda de la catársis dicho proceso merece ser vivido. Sólo las consecuencias físicas parecen suficientemente racionales, para cuando todo termina el cuerpo se siente exhausto pero el espíritu desborda alegría.

EADH son la Palabra sin necesidad de la palabra, y su mensaje nos hace mejores.

STEEPWATER BAND

(21 Mayo 2022, Rock & Blues - Zaragoza)

Fotos: Vicente Cabello

Texto: Clavijeitor

He tardado un par de días en sentarme a escribir estas líneas porque aún estoy asimilando lo que vivimos el pasado sábado en el céntrico Rock & Blues Café cuando tocaron The Steepwater Band (Chicago, Illinois). Da igual las veces que les hayas visto antes (dos en mi caso), van a dejarte con la boca abierta con un show cargado de Blues de raíces, aire sureños de mitad del siglo pasado, punteos de guitarra estirados hasta el infinito, y ese espíritu rockero americano que tan buen rollo transmite. Honestidad ante todo, en un estilo el Blues, que es eso, sencillez en sus propósitos, disfrute y conexión máxima entre ejecutor y audiencia.

Nos encontramos una sala repleta de aficionados al estilo, que en su mayoría pasaban de la cuarentena y se mostraron entregados de principio a fin. Y no es para menos, pues el cuarteto de Chicago desplegó todo su arsenal sonoro durante dos horas y media...dime ¿Quién te ofrece eso hoy en día? Pues una banda de Blues, una banda comprometida con su causa, de profesionales que llevan más de 20 años tocando juntos y transmiten toda su pasión por el género a través de sus instrumentos. En esos casi 150 minutos tuvimos de casi todo: lapsteel guitar, versiones extendidas de clásicos atemporales, repaso a toda su trayectoria discográfica y sobre todo mucho slide, un arte en el que su líder Jeff Massey se ha convertido en un auténtico maestro con el paso del tiempo, un tipo al que poca sombra le hace nadie en la actualidad. Se notaron las tablas sobre el escenario, disfrutaron y nos hicieron disfrutar con esa tranquilidad que les da saber que dominan sus instrumentos, que tienen el ritmo en las venas y todo va a sonar como debe. No les hizo falta hablar demasiado, ya hablaron las guitarras, y vaya si hablaron, intercambiando solos imposibles entre Jeff y Eric Saylors con ferviente vigor.

Cayeron temas de su recién estrenado "Re-Turn of the Wheel", del anterior "Turn of the Wheel" (2020) y algunos hits como "Remember the Taker" o "High & Humble" de sus álbumes clásicos "Revelation Sunday" (2006), "Grace and Melody" (2008) -producido por Marc Ford con el que se fueron de gira teloneando a Gov't Mule- y "Clava" (2011), editados todos por su propio sello Diamond Dogs Records. El repertorio actual de la banda está centrado en sus últimos lanzamientos, puesto que hasta el año 2012 cuando se incorporó el señor Saylors, la banda era un trío. Vaya salto de calidad que dieron con su fichaje, sobre todo para sus actuaciones en vivo. No nos engañemos, The Steepwater Band son una banda de directo, no se pueden comparar sus esfuerzos de estudio con sus actuaciones en sala, ni de lejos. Obviamente están bien grabadas y hay calidad en las composiciones, pero el Blues se siente y se disfruta encima de un escenario. Ahí, al calor del público es donde se sueltan en versiones de temas atemporales que alargan improvisando a modo de Jam Session dependiendo de cómo de implicado esté el personal. El sábado cayeron la mítica "Knocking on Heaven's Door" de Bob Dylan, la sentimental "Cortez the Killer" de Neil Young & Crazy Horse y la atemporal "Statesboro Blues" de mis adorados The Allman Brothers Band.

Nuestro país fue el primer destino europeo al que acudieron de gira, en aquel Azkena Rock Festival de 2005 (donde además de su set de 70 minutos, se marcaron una jam session nocturna con miembros de los georgianos Drive-by Truckers y los gazteiztarras The Soulbreaker Company) y ha sido un destino recurrente en todas sus giras de presentación de nuevo álbum, pasando por numerosas ciudades en los últimos años. Así han podido gestar amistades como el guitarrista maño Coco Kin, de bandas locales como Mama Kin y los inicios de The Kleejoss Band, al que invitaron a subir al escenario a tocar varios temas hacia el final del show. Coco se mostró nervioso al principio pero cumplió y se le vio disfrutar de tocar con estos monstruos, tuvo espacio para varios solos de su Les Paul en dos de las covers y en el tema nuevo "Shift". El momento álgido de la noche fue cuando en enzarzaron los tres guitarristas en duelo de fraseos, contestándose mutuamente con punteos a las seis cuerdas a modo de conversación guitarrística.

No podemos olvidarnos de mencionar a la sección rítmica compuesta por Joe Winters a la bateria, como miembro fundador, que tuvo un gran solo en mitad del show. Y el nuevo fichaje, Joe Bishop, que sustituye al también fundador Tod Bowers, quien se marchó en 2018 para tocar con la banda del bluesman británico Davy Knowles.

Como nota personal, les voy a personar que no tocaran mis dos temas predilectos suyos, y los cuales os recomiendo escuchéis: "Healer" y sobre todo el que para mí es su mejor tema "Indiana Line", pese a que hablando con Jeff en persona en su visita en 2014 a la extinta sala Explosivo, me dijo que para la próxima...y la semana pasada en redes sociales le insistí. En fin, esperaremos a la siguiente visita.

Los que me conocéis, sabéis lo que me gusta exagerar, pero sin duda hablamos del mejor concierto que he presenciado en lo que va de año, de cualquier género, por calidad de sonido, por conexión con el público, por maestría con los instrumentos y sobre todo por pasión, de la cual se nutre el Blues. Noches así son las que hacen que recuerde que aún hay esperanza

ELECTRIC MONOLITH + WHITE COVEN

(20 Mayo 2022, Avv Arrebato - Zaragoza)

Fotos: Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

El pasado Viernes 20 de Mayo tuvimos doblete en nuestro espacio autogestionado de confianza, Arrebato. Por una parte, abrieron los barceloneses Electric Monolith y por otra, cerraron los locales White Coven, con lo que quedaba claro que la propuesta iba a tener un notable corte vintage y guitarrero, para amantes de los sonidos de finales de los 60s y comienzo de los 70s, rock de toda la vida.

El trío catalán Electric Monolith practica un Heavy Psych/Hard Blues contundente, de los que no dan respiro, nada de temas lentos, nada de introducciones, rock and roll puro y duro con reverberación en la voz de Oscar Chamorro y guitarra limpia que ruge en cada solo hendrixiano en ocasiones aderezados por efectos de pedales. La banda subió al escenario a desgranar los temas de su reciente split junto a Saturna (también de Barcelona), editado hace unas semanas por el prestigioso sello californiano Ripple Music y titulado Turned to Stone Chapter IV: Higher Selves.

Estamos antes tres currelas del blues, que provienen de otras bandas de la escena catalana y que llevan tocando juntos desde 2015, pese a haber publicado solo un LP, Resurrect The Dead (2018, Nasoni Records), del que también incluyeron varios hits como el tema que da título al álbum. Cuarenta minutos sobrios, de temas concisos, guiados por los riffs de Oscar que recuerdan a Budgie y coronados con esos punteos que podrían estar firmados por Parker Griggs de Radio Moscow.

Abrieron para Colour Haze hace unos años y harán lo propio con los texanos Duel el 19 de Junio en la cervecería La Textil de la ciudad condal, casi nada.

White Coven jugaban en casa, y cuando la mitad de la sala son colegas, la fiesta está asegurada. Pese a que suman siete componentes (voz + 3 guitarras + bajo + batería + teclados), cupieron en el modesto escenario de la sala, con el suficiente espacio para que su frontwoman Sara Lapiedra pudiera moverse con soltura, charrando con los asistentes con todo el desparpajo del mundo y guiando toda la actuación con esa potente voz de Soul que la caracteriza.

Contaron además en primera línea con un bajista totalmente entregado, cercano al público y un guitarrista principal que se venía al frente cuando entraban sus solos. Solos ejecutados de manera impecable sobre una Gibson Les Paul, en ocasiones haciendo uso del slide, recordando al mítico Duane Allman, cuyo look replicaba notoriamente el muchacho. Sonido clásico para una banda que lleva casi diez años tocando, habiendo ganado el concurso Pop y Rock local y habiendo sido galardonados con algún Premio de la Música Aragonesa en sus comienzos. Sonido que les lleva desde el Southern Rock al Funk de formaciones como Lynyrd Skynyrd, The Allman Brothers o Grand Funk Railroad.

Fueron cayendo los temas de su álbum debut Overseas (2019, Nasoni Records), terminando con su himno Your Time Is Over, coreado por los presentes y con Sara bajando a bailar a primera fila. Muchas tablas y todo un despliegue de pasión por ese sonido del rock primigenio que les ha llevado al podio aragonés actual en cuanto al género se refiere. Lástima que vaya a ser su último concierto en una temporada, como anunciaron en redes recientemente.

BÖIRA

(21 Mayo 2022, Avv Arrebato - Zaragoza)

Fotos: Fran Pueyo

Texto: Fran Pueyo

Las propuestas post rock vienen creciendo tantísimo en cantidad y calidad durante la última década que cada vez cuesta más no perderse en un género cuyo crecimiento también ha traído consigo el uso reiterado de clichés. Desde hace tiempo que creo firmemente que lo mejor que se le puede reconocer a una banda del estilo es su capacidad de haber creado un sonido propio y reconocible.

Böira, la formación del Baix Llobregat, es una de esas bandas. El quinteto, que si no me equivoco llevaba desde Noviembre sin subirse al escenario, visitaba Avv Arrebato para defender su última referencia, Cendres~Mineral (Aloud Music, 2021), álbum de melodías gigantescas del que os hablamos en un par de ocasiones el pasado año en TVS, y en el que además de incorporar a su propuesta intros y partes electrónicas, le intuyo mayor protagonismo al teclado en su concepción más clásica, el cual ya era de por sí uno de los elementos diferenciadores del sonido Böira desde su debut con Si De La Runa Naixés (2015).

El quinteto arrancó una hora más tarde de la inicialmente prevista, y a un servidor, que por diferentes circunstancias ayer asistía en soledad al bolo, sólo se le ocurrió llegar con puntualidad británica. Afortunadamente las gentes de la Parroquia son amor y no pusieron ningún pero para acceder al interior, por lo que pude disfrutar de la prueba de sonido que es algo que siempre que tengo la oportunidad me parece muy interesante a nivel complementario para capturar sensaciones, químicas e inercias.

Arranca la intro de Torelló, atraviesan la niebla electrónica sus guitarras afiladas y la espera ha merecido la pena. Es mi primer concierto suyo, así que nunca ví a la banda con Llobet a la batería, pero Mario (Caricias, Trees Will Tell), que debutaba ayer sobre el escenario con Böira, tiene una pegada descomunal. Ya sea por las ganas acumuladas durante tantos meses sin tocar, por los nervios derivados del mismo hecho, o la mezcla de ambas, los catalanes entran en tromba y, lejos de bajar revoluciones, enlazan sin respiro con la matematica aplicada de Brot. Y todo fluye durante algo más de una hora mientran construyen crescendos y convergen momentos de fragilidad y belleza con ramalazos guitarreros para reventar dinámicas. La magia del directo hace que los primeros adquieran mayor emotividad y los segundos ganen músculo respecto a cualquier concepción previa que uno pueda tener de los temas.

Dos pequeños accidentes, cosas del directo, que hicieron que la parte final se viera un pelín interrumpida, se tornan pequeñas anécdotas cuando has dado un concierto a la altura de las expectativas, que en el caso de Böira, que son uno de los principales nombres propios de la maravillosa escena postrock estatal, son, y es justo que así sean, muchas.

HAMLET

(14 Mayo 2022, La Casa Del Loco - Zaragoza)

Fotos: Vicente Cabello

Texto: Clavijeitor

Recuerdo cuando me grabaron en el instituto una cinta con el disco Insomnio de Hamlet en una cara y ¡No Intente Hacer Esto En Su Casa! de Soziedad Alkoholika en la otra. Recuerdo quemarlo en el walkman de camino a clase por las mañanas y recuerdo escucharlos una tarde en directo en los Conciertos de Radio3 y verlos esa noche de madrugada en La2. Recuerdo que fueron la primera banda de Metal en castellano que me sonaba bien, quizás por estar el álbum producido por Colin Richardson (cuyo trabajo con Machine Head, Fear Factory, etc ya me había calado). Recuerdo querer vestir como ellos aunque sin éxito. Recuerdos...

Si algo no ha cambiado 25 años después es la vigencia del mensaje antifascista y de denuncia social de sus letras. Letras que todos los presentes en la casi llena Casa del Loco coreamos en esta parada de la gira del mencionado álbum Insomnio y su anterior Revolución 12.111 de 1996. Sonaron todos los clásicos: Tortura-visión, Muérdesela, Antes y Después, Dementes Cobardes, Egoísmo... Hora y media llena de hits en la que la banda se mostró en plena forma física, con un J.Molly pletórico a sus 57 palos, modulando la voz a su antojo, siendo capaz de pasar del susurro al berrido como si nada, yendo de un lado para otro del pequeño escenario. También tuvimos a un Luis Tárrega dando saltos como un veinteañero, rasgando enérgicamente las cuerdas de su guitarra tipo Dimebag Darrell con su característico gesto del "morro torcido" en los momentos de clímax. Paco, el batería de toda la vida, Álvaro (bajo) y Ken (guitarra), se mantuvieron en un discreto segundo plano, cediendo todo el protagonismo al dúo frontal.

El colofón no podía ser otro que J.F. (Jodido Facha). Himno antifascista de una generación, los que vivimos nuestra pubertad en la segunda mitad de los años 90s. Grata sorpresa el sonido de la sala, que a veces sufre con géneros tralleros, aunque hubiera agradecido un pelín más de volumen en la voz. Se despidieron señorialmente, acercándose a saludar al personal mientras sonaba de fondo While My Guitar Gently Weeps de los Beatles.

CRYPTIC SHIFT + BEDSORE

(13 Mayo 2022, Utopía - Zaragoza)

Fotos: Cryptic Shift/Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

El pasado Viernes asistimos a una sesión de Death Metal progresivo a cargo de Cryptic Shift desde Leeds, Inglaterra. El típico concierto que pasa desapercibido, de banda joven con disco de debut, girando por Europa en furgoneta y tocando donde sea. De hecho no tenía ni idea de quienes eran hasta que mis colegas metaleros me pasaron la información del concierto. Los escuché en Tidal y flipé. Ya sólo con la apertura del disco "Moonbelt Inmolator" de 25 minutos me quedé boquiabierto.

Saqué la entrada y tras unas birras, allí estaba en primera fila. Me sorprendió la juventud de los chavales para tocar de aquella manera. Ambos guitarristas mostraron un arsenal técnico difícil de superar, se movían por el mástil a placer, y cabalgaban la púa con la derecha a tal velocidad que parecían estáticas. Mención especial para el guitarrista solista que bajó del escenario a los 2 minutos de comenzar el bolo porque se le rompió una cuerda y fue rapidamente a repararla mientras sus compañeros le cubrieron bien improvisando con ruido de feedback y notas al aire hasta que la guitarra estuviera lista. El bajista tan pronto usaba la técnica de slapping como el finger picking, también sobrado. Incluso el batería, relegado a la segunda línea, se lucía con algún tinte jazzístico en los momentos de cambio de ritmo.

Quiero destacar que enlazaron todos los temas del disco, que son 4, de manera que parecía todo un continuo, sin silencios, aunque con altos y bajos en los temas obviamente para no machacarse del esfuerzo. El escaso público aplaudía mientras alucinaba con la lección magistral de Technical Death Metal de los jóvenes ingleses, que en aquellos 45 minutos se ganaron toda mi atención y todo mi respeto. El picture disc de "Visitations From Enceladus" se vino conmigo a casa.

Bedsore, desde Roma, Italia, les sucedieron en el escenario de Utopía sin tanto elogio. Me encontré una banda plana, que duerme las canciones...no se pueden hacer introducciones tan lentas y largas, chavales!!! Su propuesta, pese a estar encasillada también dentro del Death Metal progresivo, fue muy diferente de la de sus antecesores, al contar con doble teclado, con el que insistían en introducir cada tema a modo casi eclesiástico, demasiado lento y sin sentido en mi opinión, para de repente acelerarse y ponerse a gritar al son del doble bombo. Se nos hizo larguísimo a los que venían conmigo, para olvidar.

Bastante decente el sonido en la sala, lástima que la asistencia fuera tan baja, pero hay que apostar por este tipo de bandas también.


TRONO DE SANGRE + PAPE

(7 Mayo 2022, AVV Arrebato - Zaragoza)

Fotos: Clavijeitor

Texto: Clavijeitor

Trono de Sangre (nombre que intuyo sirve como homenaje a la adaptación cinematográfica de Macbeth del director japonés Akira Kurosawa de 1957) son un trío de Madrid que tocan lo que llaman Post-Hardcore, canciones breves cargadas de energía en los instrumentos y rabia en la voz y las letras. Estructuras caóticas donde tanto batería, como bajo y guitarra parecen tener vida propia e ir a su marcha, pero de algún modo todo tiene sentido, caos controlado. Desgranaron su último lanzamiento Disco del Año casi entero y hubo tiempo para recuperar algún hit de sus 7" El Perro Bajo La Piel, y Deus Ex Machina, mi predilecto. Apisonadora, casi una hora de zapatilla con pinceladas de The Dillinger Escape Plan o At The Drive In.

Los navarros Pape por su parte llevaron al plano teatral su puesta en escena, con un espectáculo más dinámico y visual y menos centrado en el sonido, metiéndose al público en el bolsillo con un cantante a modo de maestro de ceremonias recorriendo su reciente LP Un Estudio De La Vida En Provincias.

Sonido revienta-tímpanos como siempre en Arrebato, y el buen rollo que caracteriza a la sala autogestionada. Agradecí haber invertido en unos buenos tapones para los oídos, que vamos teniendo una edad.

JAMES VIECO BAND

(6 Mayo 2022, La Ley Seca - Zaragoza)

Fotos: Daniel Cabrejas

Texto: Clavijeitor

A James Vieco le conocíamos como el frontman de la banda Saturna, Heavy Blues desde Barcelona, con la que han girado por Estados Unidos y teloneado a pesos pesados de la escena en la ciudad condal. Lo que no sabíamos es que este currante del Rock tenía otra banda llamada Tears in Rain, además de su último proyecto en solitario que venía a presentar a La Ley Seca el pasado Viernes 6 de Mayo.

Zaragoza es una ciudad difícil, tan pronto te da como te quita. Y en esa calurosa noche nos quitó medio aforo de la sala, siendo generosos. Pero los valientes fuimos a ver un despliegue de buen Rock and Roll y eso fue lo que tuvimos. Nimaya, editado entre varios sellos estatales en septiembre de 2020, se compone de 6 temas que van desde la influencia del Blues y el Rock sureño de los 70s hasta el Grunge o el Rock alternativo de los 90s. La banda estaba decidida a tocarlo íntegro y comenzó con 5 de ellos seguidos, sin concesión, dejando la más lenta Letting Go, para cerrar la actuación. Por el medio se colaron un par de temas nuevos y tres versiones de Mad Season, Nirvana y Soundgarden...queda claro que el Seattle de los 90s les marcó.

Gran sonido, como siempre en nuestra adorada Ley Seca, y grandes músicos. Me hubiera gustado que hubieran tocado algo del primer álbum One, pero se lo perdono, para la siguiente. Cabe destacar el momento Hendrixiano cuando James tocó con los dientes el final de un solo de guitarra, o cuando sacaron el slide para darle un toque a lo Duane Allman en alguna canciones de aires más sureños y vintage.

BONGZILLA + KRAZARK

(17 Abril 2022, Sala Caracol - Madrid)

Fotos: Dani (Santa Planta)

Texto: Clavijeitor


Esteban, Kiara y compañía fueron desgranando varios temas del esperadísimo nuevo álbum de Krazark que presumiblemente lanzarán a finales de verano, intercalando con hits de su debut homónimo de 2018. !Qué ganas de tenerlo en nuestras manos! Actitud a raudales y bofetada de Stoner acelerado con toques sureños y doom por momentos, y esa voz profunda de Esteban que domina cada composición. ¡Tremendos sobre el escenario!

Muleboy y los suyos presentaban Weedsconsin 16 años después de su último LP y había ganas de verlos. No defraudaron, humo y aroma a hierba penetrante durante su función, que gira en torno a la planta mágica, y que se nutrió fundamentalmente de este disco de regreso y aún hubo espacio para un par de clásicos entre caladas. Temas largos, pesados, con algún alarido desgarrador que no dieron tregua en todo su setlist. ¡Clásicos del género en plena forma como trío actualmente!

Os dejamos un vídeo del tema Greenthumb, recuperado de su Gateway de 2002 (Relapse Records).